Estrenada en Japón en 2012, la película (también llamada Samurai X o El guerrero Samurái) dirigida por Keishi Otomo está basada en el manga creado por Nobuhiru Watsuki, que también cuenta con una versión anime bastante conocida en nuestro país.
Kenshin Himura, uno de los mejores y más sanguinarios samuráis, apodado Hitokiri Battōsai el destajador debido a su enorme habilidad y destreza para asesinar con la katana, decide dejar de matar tras finalizar el Bakumatsu y toma una vida de vagabundo solitario en un mundo donde los samurái ya no tienen cabida. Al llegar a Tokyo conocerá a la jóven Kaoru, que le dará hospedaje en su dojo y conocerá el pasado de Kenshin. Un pasado que aún le persigue.
Lo primero que tengo que aclarar es que he visto la película sin conocer nada de la historia de Rurouni Kenshin, pues no he leído el manga ni he visto el anime ni ninguno de los OVAs que existen, así que en esta pequeña reseña me centraré en la película en sí, sin compararla con el manga (la obra original) o el anime.
Como película me ha parecido bastante entretenida, pero pese a lo que acabo de decir es inevitable apreciar que la obra de Nobuhiru Watsuki es muy extensa como para condensarla en una película de dos horas y los acontecimientos se suceden de forma muy precipitada. Además, es normal sentirse un poco desorientado (al principio sobre todo) si no conoces algo del momento histórico en Japón en el que se sucede la historia.
La película la he visto acompañado de Kendappa, que sí conocía tanto el manga como el anime y, aunque coincide conmigo en lo escrito el párrafo anterior, opina que es una buena película. También me ha explicado que algunas partes del manga las han obviado o cambiado: por ejemplo, sólo explican de forma «fiel» al cómic una de las cicatrices que llevan Kenshin, pero no la otra.
El título se espera en los cines españoles para los meses de enero y febrero de 2013. Y el DVD y Blu-ray en abril. No obstante, yo os recomiendo que si podéis y estáis interesados la veáis en versión original.